Según fuentes dignas de todo crédito, cualquier envío de buenos deseos para la Navidad y el 2012 va a quedar recortado en el primer consejo de ministros del nuevo Gobierno. El motivo es que tal costumbres rebaja la productividad de los empleados públicos y privados. Parece ser que la idea salió del entorno de Juan Rosell, presidente de la CEOE. A partir de esa fecha, quien quiera felicitar a alguien tendrá que hacerlo clandestinamente.
Así que, antes de que se apruebe la Ley Seca de Postales y Felicitaciones, ahí va la mía:
Que el 2012 os traiga lo mejor. Tratemos de ser felices porque el Sol sale para todos y tarde o temprano nos calentará más a nosotros. Somos más y somos mejores.